Hace unos días, surgió noticia acerca de cómo en Aragón la demanda de energía eléctrica se duplicaba en tan solo cinco meses a causa del aumento de las solicitudes de proyectos electrointensivos, los cuales supondrían casi el 25% del volumen de suministro en todo el país (fuente: Heraldo de Aragón, 21 de Octubre, 2024).
Los retos que afrontan las empresas del sector pasarían por adoptar prácticas sostenibles y soluciones de eficiencia energética orientadas a reducir el impacto ambiental sin comprometer la calidad y velocidad de los servicios. Algunas estrategias clave serían:
– Optimización del enfriamiento (free cooling, enfriamiento líquido, segmentación de zonas calientes, etc.)
– Desde luego, el uso de energías renovables, pues reduce la dependencia de combustibles fósiles y de terceros proveedores a la vez que contribuye a un centro de datos más sostenible.
– Adopción de procesos basados en Inteligencia Artificial: monitorear, ajustar consumo en tiempo real, mejorar rendimientos, prever necesidades, etc..
– Equipar los centros con sistemas de bajo consumo, es decir, el uso de tecnologías de hardware y almacenamiento que consuman menos energía sin sacrificar capacidad de rendimiento.
Una mayor eficiencia energética en centros de datos no solo optimizaría costes operativos, sino que también contribuye a una mayor eficiencia sin olvidar el aspecto humano y ecológico.