La carga del vehículo eléctrico implica algunas cuestiones específicas, porque aunque el camino hacia la sostenibilidad es emocionante, no está exento de desafíos.
– La infraestructura: Hoy en día, encontrar estaciones de carga puede ser todo un reto, especialmente en áreas rurales, aunque la red de carga eléctrica está creciendo cada día y pronto habrá más opciones disponibles.
– Velocidad de carga: Hay diferentes niveles de carga, desde las tomas de pared (más lentas) hasta los cargadores de alta velocidad. La velocidad de carga depende de varios factores, como el vehículo y el cargador. A medida que la tecnología avanza, es de esperar que la velocidad de carga siga mejorando.
– Roaming: Algunas veces, cargar tu vehículo eléctrico en una estación de carga de un proveedor diferente puede ser difícil debido a la falta de interoperabilidad. La armonización de los estándares es esencial para simplificar este proceso.
– Tarifas: Las tarifas de carga pueden variar e incluso ser un poco confusas al principio. La práctica y la experiencia enseñan a elegir las opciones más convenientes. Si, además, dispones de placas solares para autoconsumo, la carga resulta más asequible.
Variaciones climáticas: Las bajas temperaturas pueden afectar la eficiencia de la batería y reducir la autonomía. En invierno, es importante planificar tus rutas y la carga de tu vehículo con antelación.
La movilidad eléctrica está en marcha y cada vez más cerca de su implantación a todos los niveles, por ello es importante tener todo esto en cuenta no solo como particulares sino como empresa especializada en energía eléctrica, y sobre todo en #energiahumana.