⚡⚡⚡⚡ Electricidad y Deporte: Electroestimulación ⚡⚡⚡⚡
Volvemos ya de las vacaciones con energía (en nosotros, es lo normal ;)); sabiendo sin embargo que aún quedan semanas de buen tiempo para disfrutar del aire libre haciendo senderismo, corriendo, bicicleta, nadando…
Sin embargo, si practicas deporte de forma habitual sabrás que hay ocasiones en las que una torcedura en el tobillo, una sobrecarga, un mal gesto o una acumulación de ejercicio sin los debidos descansos puede provocar una lesión más seria…
Además de los archiconocidos estiramientos o la aplicación de frío o calor, existe una manera de calmar o facilitar la desaparición de dolores entre leves y moderados que tiene que ver con la electricidad.
Hablamos de la #electroestimulación (EMS).
Además, dentro de esta metodología, existen dos grandes “áreas” o maneras/casos de aplicar: por un lado la electroestimulación deportiva, orientada a tonificar grupos musculares, simular o complementar entrenamientos o actividades concretas, pero también, se utiliza para facilitar ganancias musculares (o prevenir su pérdida) en procesos de convalecencia, post-operatorios u otros.
Por otro lado, la técnica TENS, (Estimulación Nerviosa Eléctrica Transcutánea o Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation), consiste en la aplicación de corriente eléctrica a determinadas frecuencias e intensidades con el objetivo de tratar o eliminar el dolor, provocando ciertas reacciones a nivel neuromuscular como por ejemplo mejorar la circulación sanguínea mediante la vasodilatación (y acelerar así la recuperación de las fibras), o el envío de señales eléctricas con la capacidad de bloquear los transmisores de dolor, con lo cual, se facilita igualmente la rehabilitación y por tanto la vuelta a un nivel previo de actividad en periodo de tiempo más breve.
En cualquier caso se trata de un método no invasivo, pues la aplicación de corrientes se realiza a través de electrodos semi-adhesivos sobre la piel. La corriente se aplica desde el dispositivo (que funciona con una batería) bien mediante programas ya pre-diseñados o bien de forma manual.
Resumiendo mucho, en el caso de usar la EMS para “entrenar” buscamos una intensidad y contracción muscular adecuadas, mientras que para el TENS, el umbral se sitúa justo debajo de la contracción, es decir, buscamos “hormigueo” pues nos interesa afectar otro tipo de tejidos o de otra forma para conseguir reducir el dolor.
En cualquier caso, debemos recordar que lo ideal ante cualquier duda, problema, lesión o dolor (puntual o crónico) es que visitemos a nuestros profesionales médicos de confianza; desde nuestro médico de familia hasta profesionales especializados y colegiados, como los fisioterapeutas, como puede ser nuestra fisio de confianza Pilar de Helse Fisioterapia, a la que podéis seguir en Instagram en @helsefisio